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Hoy el señor ha permitido que llegue a tus manos la Cruzada de Reparación Sacerdotal, para que juntos elevemos plegarias al cielo a favor de todos los sacerdotes y consagrados.

Como miembros del Cuerpo Místico de Cristo estamos unidos unos con otros en el amor de Dios, y por eso es una responsabilidad por nuestros sacerdotes y consagrados, que como hombres necesitan nuestro apoyo para ejercer el ministerio tan sublime al cual han sido llamados.

El sacerdote es otro Cristo en la tierra que ha sido llamado a perpetuar la presencia de Jesús en la Sagrada Hostia, y atraves de él recibimos misericordia de Dios; por eso es nuestro deber orar y sacrificarnos por los hijos predilectos del Inmaculado Corazón de María.