Jesús ha bajado del Cielo a la tierra para ser mi Amigo. A los amigos se les tiene confianza, se habla con ellos, se les revelan secretos, se les pide y ofrece ayuda. A un amigo no se le tiene miedo. Quien tiene un amigo tiene un precioso tesoro.

Jesús dice en el Evangelio: “Vosotros sois mis amigos”; “el que quiera venir conmigo…que me siga”. En otro pasaje dice el Evangelio que: “mirándole, lo amó” … Jesús me ama y me ofrece su amistad. ¿Quieres ser su amigo y estar siempre con Él? … ¿Sí?… Pues, ¡ponte a caminar y síguele desde hoy sin descanso!

Seguir a Jesús es permanecer a su lado siempre. Los amigos no se compran, no se hacen con violencia. Jesús quiere que le siga libremente. Por esto, poco a poco, comparto con Él: ilusiones, proyectos, esfuerzos…

Jesús deseo que nuestra amistad sea firme. Un amigo lo es siempre Cuando seguirte sea fácil y cuando sea difícil. Tenga ganas o no me apetezca. Esté de exámenes o de vacaciones. Se burlen o me aplaudan. Haga frío o calor, Sea lunes, miércoles o domingo. Digan lo que digan los demás. Esté sano o enfermo. Un amigo es un amigo.

Jesús, deseo ser tu amigo. Sé que no me negarás tu amistad. Porque eres bueno, generoso y sabes dar y comprender. Quiero descubrir contigo que ser feliz es posible. Que tú eres el Tesoro inagotable, la Fuente de la eterna juventud, la Alegría clara y pura, la Amistad sincera y auténtica.

Jesús, que sepa encontrar el tesoro precioso de tu amistad infinita. Y que lo sepa repartir con manos generosas a mis amigos.

“Jesús es tu amigo. –El Amigo. –Con corazón de carne, como el tuyo. –Con ojos, de mirar amabilísimo, que lloran por Lázaro… Y tanto como a Lázaro te quiere a ti.”

(San Josemaría)