Descripción
Cecy Cony nació en 1900 en la ciudad brasileña de Santa Victoria del Palmar. A los 5 años comenzó a percibir de un modo especial a su Ángel de la guarda y durante los siguientes treinta años siguió teniendo una privilegiada percepción de esa presencia angélica.
A los 25 años entró en el convento de las Hermanas Franciscanas de Penitencia y de Caridad, en San Leopoldo. Al recibir el habito adoptó el nombre de Sor María Antonia. Fue una religiosa ejemplar de gran inteligencia y simplicidad y falleció en 1939.
Ella en este libro nos presenta su experiencia sensible y visible de niña con su Santo Ángel de la Guarda. Esta experiencia, en sí misma, es secundaria. Sin embargo, nos ayuda mucho a valorar más en nuestra vida, el hecho real de tener un Santo Ángel a nuestro lado que, como dijo el Papa Francisco, es un embajador de Dios.
El único motivo de la existencia de los Santos Ángeles es el Amor creador del Padre. Y nosotros los hijos, coherederos de Cristo, merecemos un tan maravilloso «Guardaespaldas».